Una pequeña pausa
Comienza la mañana dedicando tiempo a relajarte en las hermosas playas de Lanzarote. Playa Blanca y Playa de Papagayo son opciones encantadoras para disfrutar del sol y las aguas cristalinas del Atlántico. Si eres amante de la tranquilidad, Playa Blanca es una excelente elección, mientras que Playa de Papagayo te sorprenderá con su entorno natural preservado. Toma un baño refrescante, toma el sol o simplemente relájate en la arena mientras contemplas las vistas al mar.
Por la tarde, dirígete al pintoresco pueblo de Yaiza, un lugar que te transportará en el tiempo con su arquitectura tradicional. Las casas encaladas y las calles empedradas crean un ambiente acogedor y auténtico. Explora el encanto de este pueblo, que ha mantenido su esencia a lo largo de los años. Detente en una de las plazas locales para saborear un café o una copa de vino mientras observas la vida pasar.
No pierdas la oportunidad de visitar la Fundación César Manrique en Tahíche. Esta antigua casa del artista convertida en museo te sumergirá en la visión creativa de Manrique y su profundo amor por Lanzarote. Explora las diversas áreas de la casa, incluidas las salas de estar, los patios y los jardines, y observa cómo la arquitectura se integra con el entorno natural. La Fundación también alberga obras de arte y exposiciones relacionadas con el legado de Manrique.
Al finalizar este día habrás experimentado la exquisita combinación de tranquilidad en la playa y una vivencia de la cultura local.