Una de las fotografías más llamativas que regala Canarias nos enseña con frecuencia a una persona, una pareja, una familia, envuelta en una cueva con la forma de la isla que la alberga, La Palma. Con el horizonte al fondo y el sol cayendo en un atardecer que culminará con un fugaz rayo verde. Quien lo ve, entiende que aquel lugar, el Porís de Candelaria, en Tijarafe, al oeste de la La Palma, es uno de los charcos más pintorescos de la isla bonita y del archipiélago.
¿Dónde está el Proís de Candelaria?
Quizá algo parecido es lo que hay detrás de la leyenda de la Virgen de la Candelaria. Cuentan que su barco, rumbo a la vecina Puntagorda, encalló frente a los acantilados de Tijarafe y la imagen decidió quedarse, cobijada en la gran cueva del Porís.
No en vano, el proís —voz heredada del portugués porto— es un abrigo natural en la costa, una especie de pequeño puerto en la que los marineros y comerciantes encontraban refugio. Y los lugareños, su vínculo con el mar, la talla de su forma de ser. La cuevas que jalonan el propio acantilado, así como todo el sendero que une el Porís con el pueblo de Tijarafe, a unos 700 metros sobre el nivel del mar, son pequeñas fedatarias de aquel modo de vida.
En tiempos de verano y sequía, los campesinos dejaban el campo y se se hacían a la mar para buscar sustento. Sus mujeres, a las que popularmente se conocía como las barqueras, bajaban y subían las 41 vueltas – así se denominan a las curvas del sendero – con el pescado sobre la cabeza, para venderlo en el pueblo. Fuerza pura y canto al esfuerzo. Era también el Proís lugar para el comercio y el contrabando. Se recibía brea, trigo, piedras de molina y, por supuesto, sueños de emigrantes. Fue puerto, refugio y hogar. Hoy el Porís de Candelaria es leyenda.
Por qué visitar el Proís de Candelaria
Desde entonces, este rincón ubicado en la costa de Tijarafe, es memoria viva de un pueblo que mira al océano sin miedo. Hoy, sus aguas cristalinas atraen a bañistas que buscan la calma y el rumor antiguo de la costa, sin agobios, lejos del turismo de masas.
Visitar el Proís de Candelaria, tomarse esa foto icónica que describimos al principio de este texto, y darse un baño fresco en pleno Atlántico en cualquier día de la semana simboliza un modo de vida relajado. No solo es practicar slow travel y slow life en un lugar maravilloso, sino que significa viajar al centro del alma marinera de Tijarafe, de su historia.
¿Cómo llegar al Proís de Candelaria desde el puerto de Santa Cruz de La Palma?
Si has tomado el barco de Tenerife a a La Palma, sigue estas pautas, pero asegúrate siempre del estado de las carreteras en tiempo real:
- Salida de Santa Cruz de La Palma (Puerto): Toma la LP-2 para salir de Santa Cruz de La Palma hacia Los Llanos y conecta con la LP-3. Vas a tomar la Carretera de la Cumbre.
- Cruce del túnel de La Cumbre: Atravesarás el túnel que une el este con el oeste de la isla, el famoso Túnel del tiempo. Quizá te sorprenda entrar en él envuelto en nubes y algo de sirimiri y salir en otro mundo, brillante, luminoso y bañado en sol.
- Paso por Los Llanos de Aridane: Siguiendo la LP-3, cruzarás el Municipio de El Paso, poco después te encontrarás de frente con el Volcán de Tajogaite, la última erupción de Canarias, y girarás hacia Los Llanos de Aridane tomando la LP-2. Encontrarás un desvío hacia hacia Tijarafe por la LP-1. Subirás la Carretera del Time.
- Llegada al pueblo de Tijarafe: En el centro de Tijarafe encontrarás señalizaciones hacia el Proís de Candelaria. Desde aquí comienza un descenso de unos 5 km por una carretera local estrecha y de fuerte pendiente (LP-118 o Camino del Proís).
- Tramo final al Proís: El camino baja entre riscos y lavas antiguas hasta llegar a una zona de aparcamiento habilitado. Los últimos 300–400 metros deben hacerse a pie por un sendero acondicionado que conduce al interior de la cueva costera donde se asienta el Proís.
